Amemos a muchas personas con cautela hasta saber cual es la media naranja que anda suelta por el mundo y cuyo destino es cruzarse con nosotros para poder hacer un todo, un completo, una felicidad plena.
Cambiemos de rutina una y otra vez para poder tener la combinación correcta que nos haga más felices.
Divirtámonos con nuestros amigos y recordemos que conocidos hay muchos, esos que vienen y van, que entran y salen de tu vida y que siempre te enseñan algo, pero que amigos de verdad hay pocos y esos son los que se quedan a tu lado siempre y se convierten en un miembro más de tu familia. En las buenas, en las malas y en las peores ellos estarán.
La vida es corta como para pasarlo mal. Disfrutémosla al máximo porque no sabremos hasta el final si podremos gozar de una segunda oportunidad más tarde. Centrémonos en la cantidad de cosas buenas que tiene que ofrecernos y aprendamos de las malas también para poder saber evitarlas y sortearlas si se vuelven a cruzar en nuestro camino.
Carpe Diem.
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