Innegable.

Me fijé en ti por primera vez porque te me parecías a otra persona. No podía imaginarme entonces en quién te convertirías para mi. Y es que ya ha pasado un año y por mucho que lo he intentado no es tan fácil olvidarme de ti y mucho menos desechar lo que siento por ti, que no es poco.
No puedo negar que lo primero que me llamó la atención fue tu apariencia, pero mentiría si dijera que finalmente lo que más me gusta de ti no es tu manera de ser. Me encantas, así de sencillo. Y por mucho que he intentado no mirarte, no preocuparme, no mantener demasiado tiempo una conversación contigo...nada ha funcionado. Incluso agradecí el irme todo el verano al pueblo, así no habría la posibilidad de cruzarme contigo en ningún momento. Pero eso tampoco surgió efecto porque así como te volví a ver hace un mes otra vez, el corazón empezó a palpitar fuerte en mi pecho. Volví a bloquearme y sin saber qué hacer: lo que me decía mi cabeza o mi corazón.
En ese momento me di cuenta de que en realidad, aunque me lo niegue a mi misma, te quiero demasiado.
Ojalá que algo, sea lo que sea, pase ya de una vez, tanto si es para bien como para mal porque lo único que no me gusta de ti es el colapso en el que me dejas cada vez que te tengo cerca.