Por primera vez, me vestí como yo quise para ir a cenar con mi familia y realmente me sentí a gusto conmigo misma. Fueron pasando los minutos y pronto quedaban apenas 10 minutos para que sonaran las últimas campanadas de 2010. Apuré la música del iPod y acompañada de mi banda sonora particular, comencé a recordar lo mejor que viví en ese año. Dejé los momentos tristes atrás, para permitir que se fueran con la primera década del siglo XXI. Positividad ante todo, quería empezar con el mejor espíritu y la mayor positividad posible el año nuevo. Y creo que lo conseguí.
12...11...10...9...8...7...6...5...4...3...2..1...
¡Hola 2011!
Dos horas y media después me reuní con mi otra familia y se dibujó una sonrisa nacida en mi corazón cuando me encontré con personas a las que hacía bastante que no veía. La noche habría sido completa de haber podido contar con la presencia de algunas pocas personas más, pero esas van siempre en mi corazón así que de algún modo todos los kilómetros desaparecieron una vez más.
Risas, un poco de alcohol y algún coqueteo mínimo con un cigarrito (vicio que una se da tan solo una vez al año, en realidad). Baile, fiesta y pasarlo bien. Sobretodo eso: comenzar con una gran sonrisa y con positivismo, con fuerza, con ímpetu y garra.
Varias han sido las personas que han pronosticado para el 2011 grandes proyectos, grandes momentos y grandes sonrisas. Brindé por todo ello y vuelvo a hacerlo ahora de nuevo. Por el 2011, por que sea memorable y que todo lo bueno del pasado se repita multiplicado y lo malo se haya quedado atrás y no tropecemos en la misma piedra.
0 howls:
Post a Comment