Quería dejar de existir. Desaparecer. Que nadie notara su presencia, tan solo para que no pudieran hacerle daño.
Pero entreabrió los ojos y el apareció en ese preciso instante en su vida. Se volvió a empeñar en encerrarse en sí misma, y esa vez no pudo. Su corazón volvía a palpitar como un reloj y los sentimientos la abordaban en cada segundo. Con su presencia, sentía que no podía respirar por miedo a romper cada uno de los segundos que la ataban a el. Algo tan frágil como el cristal no podría sobrevivir mucho tiempo y una vez más el miedo apareció en su vida.
Pero el tomó su mano y le dio confianza. La abrazó y sus brazos parecían un castillo en el que se sentía a salvo. Cada vez que le miraba a los ojos, conseguía tocar el cielo y sentirse en paz.
Comprendió que el miedo no podría vencerla siempre que tuviera el valor para enfrentarlo. Coraje y con la cabeza bien alta sin nada de lo que arrepentirse. No dejaría que nada ni nadie le arrebatara todo lo que había conseguido conocer, en gran medida gracias a el. Jamás podrían volver a enterrarla en vida. Porque había cosas por las que merecía la pena abrir los ojos y cerrarlos era un gran error.
El le enseñó algo que tampoco podría olvidar nunca: confiar en sí misma.
Y si la vida te pisa, desenvaina una sonrisa y vuélvete a levantar.
Oh, pitty es precioso!
ReplyDeleteLa confianza en uno mismo y en otra persona es lo más bonito que puede haber.
Me ha encantado ^^